martes, 13 de mayo de 2014

Chroma Teatre está representando "Boquitas Pintadas" en Barcelona

Chroma Teatre es una compañía teatral actualmente afincada en Barcelona con propuestas muy interesantes.
Durante el mes de mayo de 2014 estarán representando la adaptación teatral de la novela de Manuel Puig: "Boquitas Pintadas" en Versus Teatre, en Barcelona.
La adaptación y toda la puesta en escena de la obra, así como la interpretación de los actores son realmente dignas de admirar. Es una obra de esas que quedan en la memoria, que te hacen disfrutar tanto que no hace falta analizar por qué es tan buena, sólo quieres volver a verla y dejarte inundar por toda esa energía que transmite.



Para saber más de ellos haz clic aquí

viernes, 22 de junio de 2012

El sueño que soñamos

Hoy unos versos de Pedro Salinas me hacen pensar...

"El sueño es una larga despedida de ti. 
¡Qué gran vida contigo, 
en pie, alerta en el sueño!" 
¡Dormir el mundo, el sol,
las hormigas, las horas,
todo, todo dormido,
en el sueño que duermo!
Menos tú, tú la única,
viva, sobrevivida, 
en el sueño que sueño."

Parece que el sueño sea más real que la propia realidad y a su vez la despedida de la auténtica amada. 
Esta contradicción entre lo que soñamos y lo que vivimos me hace pensar en nuestra forma de afrontar la vida. 
Vivimos atrapados por una amalgama de ideas, proyectos, obligaciones, aspiraciones que creemos que son la realidad que debemos vivir; pero esa realidad es un sueño creado por nosotros y los que nos rodean, un sueño que podríamos soñar de nuevo.
Podemos soñar el sueño de una vida más plena, el sueño de un mundo más justo donde hay solución a problemas económicos y políticos, donde los que roban el dinero y el alma de los ciudadanos son juzgados y los que proponen ideas justas son escuchados. Sólo debemos despertar para soñar la realidad.


El poema completo de Pedro Salinas de La voz a ti debida es una buena forma de empezar a soñar:
 El sueño es una larga
despedida de ti.
¡Qué gran vida contigo,
en pie, alerta en el sueño!
¡Dormir el mundo, el sol,
las hormigas, las horas,
todo, todo dormido,
en el sueño que duermo!
Menos tú, tú la única,
viva, sobrevivida,
en el sueño que sueño.
Pero sí, despedida:
voy a dejarte. Cerca,
la mañana prepara
toda su precisión
de rayos y de risas.
¡Afuera, afuera, ya,
lo soñado flotante,
marchando sobre el mundo,
sin poderlo pisar,
porque no tiene sitio,
desesperadamente!

Te abrazo por vez última:
eso es abrir los ojos.
Ya está. Las verticales
entran a trabajar,
sin un desmayo, en reglas.
Los colores ejercen
sus oficios de azul,
de rosa, verde, todos
a la hora en punto. El mundo
va a funcionar hoy bien;
me ha matado ya el sueño.
Te siento huir, ligera,
de la aurora, exactísima,
hacia arriba, buscando
la que no se ve estrella,
el desorden celeste,
que es sólo donde cabes.
Luego, cuando despierto,
no te conozco casi,
cuando, a mi lado, tiendes
los brazos hacia mí
diciendo: "¿Qué soñaste?".
Y te contestaría: "No sé,
se me ha olvidado",
si no estuviera ya
tu cuerpo limpio, exacto,
ofreciéndome en labios
el gran error del día.
José Luis Sampedro nos ayuda a despertar para soñar otro mundo posible y necesario:


jueves, 31 de mayo de 2012

"Todos los cuentos" de Gabriel García Márquez

Este mes de mayo ha salido a la luz una edición de todos los cuentos de Gabriel García Márquez en la colección Literatura Mondadori. El libro recopilatorio reúne por primera vez todos los cuentos del Premio Nobel en un solo volumen. ¡Es una buena adquisición!



lunes, 28 de mayo de 2012

45 años de soledad...

Cuarenta y cinco años después de la publicación de Cien años de soledad quisiera recordar el principio de la novela, cuyas líneas me atraparon inevitablemente hace muchos años y aún no han dejado de desprender su influencia mágica sobre mí...

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de
recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces
una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas
que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos
prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para
mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia
de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y
timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de
barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una
truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios
alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el
mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio,
y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse,
y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había
buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.
«Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de
despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos
que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible
servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un
hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel
tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos
lingotes imantados(...)"
(Cien años de soledad, Gabriel García Márquez)